10:30 PM, empieza mi recorrido por las calles del centro histórico de Guatemala, sobre la tercera avenida de zona 1, en una esquina de tantas, unas plataformas gigantes, transparentes y plateadas reflejan las luces de mi auto mientras sostienen un par de piernas largas con medias fluorescentes que transparentan los glúteos. 12:30 PM, octava avenida; el corsé de lentejuela casi estrangula el par de generosos pechos dejando a la vista sus pezones perfectos. Once avenida y tercera calle, maquillaje caprichoso, cabellos desmedidos y llamativos, uñas largas y un cigarro acompaña su espera. Trece avenida, esquina de la primera calle, una pareja de mujeres se contonea mientras la otra discute precios con la ventanilla de un carro negro. La clientela lúgubre merodea el sector, pasan lentamente hasta dos veces para ver el “producto”; el negocio abrió, la contratación se hace rápidamente, la rubia entra al auto y se esfuman en la oscuridad.
¿Quiénes son y por qué están allí?
El negocio más visceral del que cualquier mujer puede formar parte, porque pone en alto riesgo su vida, es el trabajo sexual. Pero es casi la única fuente de ingresos para las mujeres transgénero. Así nos lo han explicado varias defensoras de derechos humanos.
Consultamos con Maritza Velásquez, la actual coordinadora general de la Asociación De Trabajadoras del Hogar a Domicilio y Maquila (ATRAHDOM), ella dice que su organización ha sido pionera en interesarse y estudiar la situación laboral de mujeres lesbianas y transgénero, tienen muy pocos datos estadísticos, pero están seguras que es mucho más difícil la situación de estas últimas.
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.
Cualquier trabajadora incluso las del trabajo doméstico puede demandar al empleador si no acepta dialogar. La denuncia se va a un tribunal de trabajo. Esto no es posible para las mujeres que trabajan en bares, hoteles, cantinas y casas cerradas. Aunque tienen relación de dependencia, tienen un jefe y entregan un producto bajo un horario, están desprotegidas, por eso apuntamos al sindicato agremiado de trabajadoras sexuales trans, como una medida para ellas”.
REDMMUTRANS y OtransRN, realizan grandes esfuerzos para visibilizar la realidad de las mujeres trans e incidir políticamente ante el Estado para que este garantice sus derechos. Han publicado varias investigaciones que son una herramienta clave para la incidencia. Según el informe 2021 de OtransRN, la situación laboral de las 163 mujeres trans entrevistadas, es la siguiente:
Para las mujeres trans, ser visibles se convierte en un factor de riesgo persistente en la sociedad guatemalteca debido a la transfobia. El 33% de las entrevistadas expresaron recibir agresiones en la calle y el 13% mencionaron que las agresiones se dieron en el lugar de trabajo, sin indicar si se referían a un trabajo formal o informal.
En términos laborales, las mujeres trans acceden principalmente a trabajo informal y en un menor porcentaje, a trabajo formal. Dentro del trabajo informal, el 33% realiza trabajo sexual y un 28% se dedica a otros tipos de trabajos informales como ventas ambulantes. Con respecto al trabajo formal, el 16% labora en el sector maquila, en fincas bananeras o cafetaleras y no están sindicalizadas. Se desconoce si para trabajar en estos sectores han tenido que renunciar a su identidad de género.
Con respecto al acceso a la educación, el 33% no concluyó la secundaria, sólo el 23% logró completarla y apenas el 14% terminó la universidad. Al analizar estos datos es importante incluir la violencia sistémica y estructural que viven, como uno de los factores que influyen para que no puedan concluir sus estudios. Los datos lo corroboran: el 54% de las mujeres trans más afectadas por la violencia tienen entre 18 y 31 años.
La mejora de sus condiciones, según Stacy, está íntimamente ligada a los avances de las leyes y derechos, que aún no son reconocidos o garantizados, el comienzo sería la aprobación de la identidad de género, que sustente cambios institucionales, pero también sociales a largo plazo.
La historia de Mónica Estefanía Chub Caal, es un claro ejemplo. Ella es una mujer indígena de Alta Verapaz de 30 años, activista por los derechos de las mujeres trans.
En casa fue aceptada por su mamá y en su comunidad es reconocida como una mujer luchadora, activista y defensora de derechos humanos, aunque en el ámbito laboral de su territorio las mujeres trans enfrentan las mismas violaciones a sus derechos:
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.
Siendo menores de edad nos tenemos que hacer responsables de nuestra vivienda, de nuestra educación, de nuestra subsistencia. Te responsabilizan de muchas situaciones. Se vive para sobrevivir, no para prepararse para la adultez”.
Al estar relegadas a trabajos en el sector informal y sexual, son más vulnerables a ser explotadas y violentadas, incluso por redes del crimen organizado. Sobre esto, Maritza pone en comparación dos situaciones:
Cualquier trabajadora incluso las del trabajo doméstico puede demandar al empleador si no acepta dialogar. La denuncia se va a un tribunal de trabajo. Esto no es posible para las mujeres que trabajan en bares, hoteles, cantinas y casas cerradas. Aunque tienen relación de dependencia, tienen un jefe y entregan un producto bajo un horario, están desprotegidas, por eso apuntamos al sindicato agremiado de trabajadoras sexuales trans, como una medida para ellas”.
REDMMUTRANS y OtransRN, realizan grandes esfuerzos para visibilizar la realidad de las mujeres trans e incidir políticamente ante el Estado para que este garantice sus derechos. Han publicado varias investigaciones que son una herramienta clave para la incidencia. Según el informe 2021 de OtransRN, la situación laboral de las 163 mujeres trans entrevistadas, es la siguiente:
Para las mujeres trans, ser visibles se convierte en un factor de riesgo persistente en la sociedad guatemalteca debido a la transfobia. El 33% de las entrevistadas expresaron recibir agresiones en la calle y el 13% mencionaron que las agresiones se dieron en el lugar de trabajo, sin indicar si se referían a un trabajo formal o informal.
En términos laborales, las mujeres trans acceden principalmente a trabajo informal y en un menor porcentaje, a trabajo formal. Dentro del trabajo informal, el 33% realiza trabajo sexual y un 28% se dedica a otros tipos de trabajos informales como ventas ambulantes. Con respecto al trabajo formal, el 16% labora en el sector maquila, en fincas bananeras o cafetaleras y no están sindicalizadas. Se desconoce si para trabajar en estos sectores han tenido que renunciar a su identidad de género.
Con respecto al acceso a la educación, el 33% no concluyó la secundaria, sólo el 23% logró completarla y apenas el 14% terminó la universidad. Al analizar estos datos es importante incluir la violencia sistémica y estructural que viven, como uno de los factores que influyen para que no puedan concluir sus estudios. Los datos lo corroboran: el 54% de las mujeres trans más afectadas por la violencia tienen entre 18 y 31 años.
La mejora de sus condiciones, según Stacy, está íntimamente ligada a los avances de las leyes y derechos, que aún no son reconocidos o garantizados, el comienzo sería la aprobación de la identidad de género, que sustente cambios institucionales, pero también sociales a largo plazo.
La historia de Mónica Estefanía Chub Caal, es un claro ejemplo. Ella es una mujer indígena de Alta Verapaz de 30 años, activista por los derechos de las mujeres trans.
En casa fue aceptada por su mamá y en su comunidad es reconocida como una mujer luchadora, activista y defensora de derechos humanos, aunque en el ámbito laboral de su territorio las mujeres trans enfrentan las mismas violaciones a sus derechos:
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.
Más de la mitad de las compañeras no han terminado la educación secundaria y muy pocas han terminado la primaria, entonces la mayoría no tuvieron un desarrollo pleno y una preparación para el ámbito laboral que incluya no solo preparación técnica, sino que también incluya una enseñanza”.
Stacy indica que la exclusión a la educación es parte del entramado de discriminación y rechazo que viven desde la infancia en sus hogares. Una familia tiende a invertir más en los miembros masculinos del hogar, no así en las mujeres y mucho menos en quienes asumen una identidad de género distinta.
Siendo menores de edad nos tenemos que hacer responsables de nuestra vivienda, de nuestra educación, de nuestra subsistencia. Te responsabilizan de muchas situaciones. Se vive para sobrevivir, no para prepararse para la adultez”.
Al estar relegadas a trabajos en el sector informal y sexual, son más vulnerables a ser explotadas y violentadas, incluso por redes del crimen organizado. Sobre esto, Maritza pone en comparación dos situaciones:
Cualquier trabajadora incluso las del trabajo doméstico puede demandar al empleador si no acepta dialogar. La denuncia se va a un tribunal de trabajo. Esto no es posible para las mujeres que trabajan en bares, hoteles, cantinas y casas cerradas. Aunque tienen relación de dependencia, tienen un jefe y entregan un producto bajo un horario, están desprotegidas, por eso apuntamos al sindicato agremiado de trabajadoras sexuales trans, como una medida para ellas”.
REDMMUTRANS y OtransRN, realizan grandes esfuerzos para visibilizar la realidad de las mujeres trans e incidir políticamente ante el Estado para que este garantice sus derechos. Han publicado varias investigaciones que son una herramienta clave para la incidencia. Según el informe 2021 de OtransRN, la situación laboral de las 163 mujeres trans entrevistadas, es la siguiente:
Para las mujeres trans, ser visibles se convierte en un factor de riesgo persistente en la sociedad guatemalteca debido a la transfobia. El 33% de las entrevistadas expresaron recibir agresiones en la calle y el 13% mencionaron que las agresiones se dieron en el lugar de trabajo, sin indicar si se referían a un trabajo formal o informal.
En términos laborales, las mujeres trans acceden principalmente a trabajo informal y en un menor porcentaje, a trabajo formal. Dentro del trabajo informal, el 33% realiza trabajo sexual y un 28% se dedica a otros tipos de trabajos informales como ventas ambulantes. Con respecto al trabajo formal, el 16% labora en el sector maquila, en fincas bananeras o cafetaleras y no están sindicalizadas. Se desconoce si para trabajar en estos sectores han tenido que renunciar a su identidad de género.
Con respecto al acceso a la educación, el 33% no concluyó la secundaria, sólo el 23% logró completarla y apenas el 14% terminó la universidad. Al analizar estos datos es importante incluir la violencia sistémica y estructural que viven, como uno de los factores que influyen para que no puedan concluir sus estudios. Los datos lo corroboran: el 54% de las mujeres trans más afectadas por la violencia tienen entre 18 y 31 años.
La mejora de sus condiciones, según Stacy, está íntimamente ligada a los avances de las leyes y derechos, que aún no son reconocidos o garantizados, el comienzo sería la aprobación de la identidad de género, que sustente cambios institucionales, pero también sociales a largo plazo.
La historia de Mónica Estefanía Chub Caal, es un claro ejemplo. Ella es una mujer indígena de Alta Verapaz de 30 años, activista por los derechos de las mujeres trans.
En casa fue aceptada por su mamá y en su comunidad es reconocida como una mujer luchadora, activista y defensora de derechos humanos, aunque en el ámbito laboral de su territorio las mujeres trans enfrentan las mismas violaciones a sus derechos:
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.
En la legislatura pasada, con la diputada Sandra Morán, impulsamos la iniciativa de ley para la identidad de género, hubo obstáculos y si bien el RENAP*, en algún momento dio su visto bueno, las presiones de las iglesias y esta sociedad fundamentalista, les obligaron a retroceder, a decir que no, que no era posible darles a las compañeras trans una identidad. El argumento que utilizaron fue el sexo biológico. Entonces desde ahí encuentran el obstáculo las compañeras, porque oficialmente tienen un nombre masculino y con la identidad que ellas han asumido, es complejo”.
La visibilidad, un comienzo importante…
Una esquina es una esquina cualquiera durante el día, pero en la noche es el puesto de trabajo de muchas mujeres trans, porque es el espacio que la sociedad ha dejado para ellas, producto de la discriminación. Las mujeres trans se ven obligadas a ocultar su verdadera identidad y a expresarse libremente, para no ser violentadas o para acceder a las pocas oportunidades de empleo formal.
Más de la mitad de las compañeras no han terminado la educación secundaria y muy pocas han terminado la primaria, entonces la mayoría no tuvieron un desarrollo pleno y una preparación para el ámbito laboral que incluya no solo preparación técnica, sino que también incluya una enseñanza”.
Stacy indica que la exclusión a la educación es parte del entramado de discriminación y rechazo que viven desde la infancia en sus hogares. Una familia tiende a invertir más en los miembros masculinos del hogar, no así en las mujeres y mucho menos en quienes asumen una identidad de género distinta.
Siendo menores de edad nos tenemos que hacer responsables de nuestra vivienda, de nuestra educación, de nuestra subsistencia. Te responsabilizan de muchas situaciones. Se vive para sobrevivir, no para prepararse para la adultez”.
Al estar relegadas a trabajos en el sector informal y sexual, son más vulnerables a ser explotadas y violentadas, incluso por redes del crimen organizado. Sobre esto, Maritza pone en comparación dos situaciones:
Cualquier trabajadora incluso las del trabajo doméstico puede demandar al empleador si no acepta dialogar. La denuncia se va a un tribunal de trabajo. Esto no es posible para las mujeres que trabajan en bares, hoteles, cantinas y casas cerradas. Aunque tienen relación de dependencia, tienen un jefe y entregan un producto bajo un horario, están desprotegidas, por eso apuntamos al sindicato agremiado de trabajadoras sexuales trans, como una medida para ellas”.
REDMMUTRANS y OtransRN, realizan grandes esfuerzos para visibilizar la realidad de las mujeres trans e incidir políticamente ante el Estado para que este garantice sus derechos. Han publicado varias investigaciones que son una herramienta clave para la incidencia. Según el informe 2021 de OtransRN, la situación laboral de las 163 mujeres trans entrevistadas, es la siguiente:
Para las mujeres trans, ser visibles se convierte en un factor de riesgo persistente en la sociedad guatemalteca debido a la transfobia. El 33% de las entrevistadas expresaron recibir agresiones en la calle y el 13% mencionaron que las agresiones se dieron en el lugar de trabajo, sin indicar si se referían a un trabajo formal o informal.
En términos laborales, las mujeres trans acceden principalmente a trabajo informal y en un menor porcentaje, a trabajo formal. Dentro del trabajo informal, el 33% realiza trabajo sexual y un 28% se dedica a otros tipos de trabajos informales como ventas ambulantes. Con respecto al trabajo formal, el 16% labora en el sector maquila, en fincas bananeras o cafetaleras y no están sindicalizadas. Se desconoce si para trabajar en estos sectores han tenido que renunciar a su identidad de género.
Con respecto al acceso a la educación, el 33% no concluyó la secundaria, sólo el 23% logró completarla y apenas el 14% terminó la universidad. Al analizar estos datos es importante incluir la violencia sistémica y estructural que viven, como uno de los factores que influyen para que no puedan concluir sus estudios. Los datos lo corroboran: el 54% de las mujeres trans más afectadas por la violencia tienen entre 18 y 31 años.
La mejora de sus condiciones, según Stacy, está íntimamente ligada a los avances de las leyes y derechos, que aún no son reconocidos o garantizados, el comienzo sería la aprobación de la identidad de género, que sustente cambios institucionales, pero también sociales a largo plazo.
La historia de Mónica Estefanía Chub Caal, es un claro ejemplo. Ella es una mujer indígena de Alta Verapaz de 30 años, activista por los derechos de las mujeres trans.
En casa fue aceptada por su mamá y en su comunidad es reconocida como una mujer luchadora, activista y defensora de derechos humanos, aunque en el ámbito laboral de su territorio las mujeres trans enfrentan las mismas violaciones a sus derechos:
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.
La población LGTBIQ+ no es un sector laboral determinado por la Organización Internacional del Trabajo que genere un convenio que les proteja, no son por ejemplo, el sector del trabajo doméstico o el sector de la industria”.
Aunque es sabido que algunas empresas transnacionales tienen políticas de inclusión de la población de la diversidad sexual, lo que han visto en Guatemala es que las contrataciones se hacen a discreción de las gerencias, unas empresas sí y otras no, explicó Maritza.
Mirna Ramírez, defensora de los derechos laborales de las mujeres, en el Movimiento de Mujeres Con Poder Constituyente, comparte sus conocimientos en el tema de derechos laborales para las mujeres trans. Mirna explica cómo la legalización de la identidad de género las beneficiaría:
En la legislatura pasada, con la diputada Sandra Morán, impulsamos la iniciativa de ley para la identidad de género, hubo obstáculos y si bien el RENAP*, en algún momento dio su visto bueno, las presiones de las iglesias y esta sociedad fundamentalista, les obligaron a retroceder, a decir que no, que no era posible darles a las compañeras trans una identidad. El argumento que utilizaron fue el sexo biológico. Entonces desde ahí encuentran el obstáculo las compañeras, porque oficialmente tienen un nombre masculino y con la identidad que ellas han asumido, es complejo”.
La visibilidad, un comienzo importante…
Una esquina es una esquina cualquiera durante el día, pero en la noche es el puesto de trabajo de muchas mujeres trans, porque es el espacio que la sociedad ha dejado para ellas, producto de la discriminación. Las mujeres trans se ven obligadas a ocultar su verdadera identidad y a expresarse libremente, para no ser violentadas o para acceder a las pocas oportunidades de empleo formal.
Más de la mitad de las compañeras no han terminado la educación secundaria y muy pocas han terminado la primaria, entonces la mayoría no tuvieron un desarrollo pleno y una preparación para el ámbito laboral que incluya no solo preparación técnica, sino que también incluya una enseñanza”.
Stacy indica que la exclusión a la educación es parte del entramado de discriminación y rechazo que viven desde la infancia en sus hogares. Una familia tiende a invertir más en los miembros masculinos del hogar, no así en las mujeres y mucho menos en quienes asumen una identidad de género distinta.
Siendo menores de edad nos tenemos que hacer responsables de nuestra vivienda, de nuestra educación, de nuestra subsistencia. Te responsabilizan de muchas situaciones. Se vive para sobrevivir, no para prepararse para la adultez”.
Al estar relegadas a trabajos en el sector informal y sexual, son más vulnerables a ser explotadas y violentadas, incluso por redes del crimen organizado. Sobre esto, Maritza pone en comparación dos situaciones:
Cualquier trabajadora incluso las del trabajo doméstico puede demandar al empleador si no acepta dialogar. La denuncia se va a un tribunal de trabajo. Esto no es posible para las mujeres que trabajan en bares, hoteles, cantinas y casas cerradas. Aunque tienen relación de dependencia, tienen un jefe y entregan un producto bajo un horario, están desprotegidas, por eso apuntamos al sindicato agremiado de trabajadoras sexuales trans, como una medida para ellas”.
REDMMUTRANS y OtransRN, realizan grandes esfuerzos para visibilizar la realidad de las mujeres trans e incidir políticamente ante el Estado para que este garantice sus derechos. Han publicado varias investigaciones que son una herramienta clave para la incidencia. Según el informe 2021 de OtransRN, la situación laboral de las 163 mujeres trans entrevistadas, es la siguiente:
Para las mujeres trans, ser visibles se convierte en un factor de riesgo persistente en la sociedad guatemalteca debido a la transfobia. El 33% de las entrevistadas expresaron recibir agresiones en la calle y el 13% mencionaron que las agresiones se dieron en el lugar de trabajo, sin indicar si se referían a un trabajo formal o informal.
En términos laborales, las mujeres trans acceden principalmente a trabajo informal y en un menor porcentaje, a trabajo formal. Dentro del trabajo informal, el 33% realiza trabajo sexual y un 28% se dedica a otros tipos de trabajos informales como ventas ambulantes. Con respecto al trabajo formal, el 16% labora en el sector maquila, en fincas bananeras o cafetaleras y no están sindicalizadas. Se desconoce si para trabajar en estos sectores han tenido que renunciar a su identidad de género.
Con respecto al acceso a la educación, el 33% no concluyó la secundaria, sólo el 23% logró completarla y apenas el 14% terminó la universidad. Al analizar estos datos es importante incluir la violencia sistémica y estructural que viven, como uno de los factores que influyen para que no puedan concluir sus estudios. Los datos lo corroboran: el 54% de las mujeres trans más afectadas por la violencia tienen entre 18 y 31 años.
La mejora de sus condiciones, según Stacy, está íntimamente ligada a los avances de las leyes y derechos, que aún no son reconocidos o garantizados, el comienzo sería la aprobación de la identidad de género, que sustente cambios institucionales, pero también sociales a largo plazo.
La historia de Mónica Estefanía Chub Caal, es un claro ejemplo. Ella es una mujer indígena de Alta Verapaz de 30 años, activista por los derechos de las mujeres trans.
En casa fue aceptada por su mamá y en su comunidad es reconocida como una mujer luchadora, activista y defensora de derechos humanos, aunque en el ámbito laboral de su territorio las mujeres trans enfrentan las mismas violaciones a sus derechos:
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.
Cuando van a buscar un empleo y tienen el nombre masculino se les debe contratar con ese nombre, por lo tanto deberán portar el uniforme masculino de la empresa, deberán acceder a los baños masculinos. O sea que no hay una accesibilidad o una normativa”, afirma Velásquez.
Sería crucial contar con una normativa que reconozca no solo la identidad socialmente impuesta, sino la identidad con la que cada persona se identifica. De fondo tenemos toda una sociedad que apenas empieza a abrirse y a aceptar a las mujeres trans. Incluso a nivel internacional hace falta reconocimiento, agrega Maritza:
La población LGTBIQ+ no es un sector laboral determinado por la Organización Internacional del Trabajo que genere un convenio que les proteja, no son por ejemplo, el sector del trabajo doméstico o el sector de la industria”.
Aunque es sabido que algunas empresas transnacionales tienen políticas de inclusión de la población de la diversidad sexual, lo que han visto en Guatemala es que las contrataciones se hacen a discreción de las gerencias, unas empresas sí y otras no, explicó Maritza.
Mirna Ramírez, defensora de los derechos laborales de las mujeres, en el Movimiento de Mujeres Con Poder Constituyente, comparte sus conocimientos en el tema de derechos laborales para las mujeres trans. Mirna explica cómo la legalización de la identidad de género las beneficiaría:
En la legislatura pasada, con la diputada Sandra Morán, impulsamos la iniciativa de ley para la identidad de género, hubo obstáculos y si bien el RENAP*, en algún momento dio su visto bueno, las presiones de las iglesias y esta sociedad fundamentalista, les obligaron a retroceder, a decir que no, que no era posible darles a las compañeras trans una identidad. El argumento que utilizaron fue el sexo biológico. Entonces desde ahí encuentran el obstáculo las compañeras, porque oficialmente tienen un nombre masculino y con la identidad que ellas han asumido, es complejo”.
La visibilidad, un comienzo importante…
Una esquina es una esquina cualquiera durante el día, pero en la noche es el puesto de trabajo de muchas mujeres trans, porque es el espacio que la sociedad ha dejado para ellas, producto de la discriminación. Las mujeres trans se ven obligadas a ocultar su verdadera identidad y a expresarse libremente, para no ser violentadas o para acceder a las pocas oportunidades de empleo formal.
Más de la mitad de las compañeras no han terminado la educación secundaria y muy pocas han terminado la primaria, entonces la mayoría no tuvieron un desarrollo pleno y una preparación para el ámbito laboral que incluya no solo preparación técnica, sino que también incluya una enseñanza”.
Stacy indica que la exclusión a la educación es parte del entramado de discriminación y rechazo que viven desde la infancia en sus hogares. Una familia tiende a invertir más en los miembros masculinos del hogar, no así en las mujeres y mucho menos en quienes asumen una identidad de género distinta.
Siendo menores de edad nos tenemos que hacer responsables de nuestra vivienda, de nuestra educación, de nuestra subsistencia. Te responsabilizan de muchas situaciones. Se vive para sobrevivir, no para prepararse para la adultez”.
Al estar relegadas a trabajos en el sector informal y sexual, son más vulnerables a ser explotadas y violentadas, incluso por redes del crimen organizado. Sobre esto, Maritza pone en comparación dos situaciones:
Cualquier trabajadora incluso las del trabajo doméstico puede demandar al empleador si no acepta dialogar. La denuncia se va a un tribunal de trabajo. Esto no es posible para las mujeres que trabajan en bares, hoteles, cantinas y casas cerradas. Aunque tienen relación de dependencia, tienen un jefe y entregan un producto bajo un horario, están desprotegidas, por eso apuntamos al sindicato agremiado de trabajadoras sexuales trans, como una medida para ellas”.
REDMMUTRANS y OtransRN, realizan grandes esfuerzos para visibilizar la realidad de las mujeres trans e incidir políticamente ante el Estado para que este garantice sus derechos. Han publicado varias investigaciones que son una herramienta clave para la incidencia. Según el informe 2021 de OtransRN, la situación laboral de las 163 mujeres trans entrevistadas, es la siguiente:
Para las mujeres trans, ser visibles se convierte en un factor de riesgo persistente en la sociedad guatemalteca debido a la transfobia. El 33% de las entrevistadas expresaron recibir agresiones en la calle y el 13% mencionaron que las agresiones se dieron en el lugar de trabajo, sin indicar si se referían a un trabajo formal o informal.
En términos laborales, las mujeres trans acceden principalmente a trabajo informal y en un menor porcentaje, a trabajo formal. Dentro del trabajo informal, el 33% realiza trabajo sexual y un 28% se dedica a otros tipos de trabajos informales como ventas ambulantes. Con respecto al trabajo formal, el 16% labora en el sector maquila, en fincas bananeras o cafetaleras y no están sindicalizadas. Se desconoce si para trabajar en estos sectores han tenido que renunciar a su identidad de género.
Con respecto al acceso a la educación, el 33% no concluyó la secundaria, sólo el 23% logró completarla y apenas el 14% terminó la universidad. Al analizar estos datos es importante incluir la violencia sistémica y estructural que viven, como uno de los factores que influyen para que no puedan concluir sus estudios. Los datos lo corroboran: el 54% de las mujeres trans más afectadas por la violencia tienen entre 18 y 31 años.
La mejora de sus condiciones, según Stacy, está íntimamente ligada a los avances de las leyes y derechos, que aún no son reconocidos o garantizados, el comienzo sería la aprobación de la identidad de género, que sustente cambios institucionales, pero también sociales a largo plazo.
La historia de Mónica Estefanía Chub Caal, es un claro ejemplo. Ella es una mujer indígena de Alta Verapaz de 30 años, activista por los derechos de las mujeres trans.
En casa fue aceptada por su mamá y en su comunidad es reconocida como una mujer luchadora, activista y defensora de derechos humanos, aunque en el ámbito laboral de su territorio las mujeres trans enfrentan las mismas violaciones a sus derechos:
Una quiere ir a solicitar un trabajo digno y se lo van a negar por su identidad. Estamos sumergidas porque todavía no cambia la sociedad, aún le falta mucho que concientizarse. Las redes sociales son una herramienta para divulgar todos esos temas de la comunidad pero vemos pocos avances, entonces se sigue ejerciendo esta violación hacia nuestros derechos”.
Acciones exitosas a favor de los derechos laborales de las mujeres trans
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (REDMMUTRANS), indicó que su organización junto al sindicato de trabajadoras del hogar SITRADOMSA, están haciendo esfuerzos para llevar este tema al Ministerio de Trabajo.
Arrancaron capacitándose en los temas laborales pues piensan elevar sus exigencias hasta elaborar políticas públicas; de esto se trata su incidencia, trabajar duro para acceder a sus derechos, para tener una vida plena, sin violencias, con visibilidad en las calles. Además, la inclusión laboral no solo la piensan para las personas trans, sino para la población diversa en Guatemala.
Mientras esas políticas llegan, salgo de nuevo a zona 1, sobre la sexta avenida, observó con atención que en una cafetería dos mujeres trans charlan, se han tomado una fotografía y sonríen. También me alegro porque pienso que se han dado el derecho de salir a plena luz del día.
*Registro Nacional de Personas de Guatemala.
Este artículo fue escrito por Andina Ayala, periodista del medio digital RUDA de Guatemala para FCAM.