Justicia y Sostenibilidad

Ante el cambio climático: transformaciones radicales y sostenibles

Por FCAM | October 23, 2024

Cuenta una historia que había una persona que decidió escalar uno de los árboles más altos y ancestrales de un bosque cercano a su comunidad. Esta persona, que además se aferraba con uñas y dientes a la vida, se sentó en una robusta rama que le brindaba una vista impresionante desde la cima del árbol. Sin embargo, pasado un rato, sacó de su bolso un hacha y empezó a cortar la rama… ¡Sí!… decidió cortar la rama que le mantenía a salvo. ¿Tendría clara las consecuencias? ¿Por qué cortar la rama sabiendo el riesgo inminente que corría su vida, sobre todo si su intención no era acabar con ella?

Algo similar nos sucede con respecto a nuestro único, magnífico, diverso y gran hogar; el único hogar que tenemos y que nos permite continuar con vida: nuestro planeta Tierra.

¿Por qué una cantidad considerable de personas y naciones no estamos tomando acciones urgentes, proactivas, comprometidas y constantes frente al cambio climático, pese a las abrumadoras evidencias científicas y los hechos cada vez más extremos y frecuentes que presenciamos día a día, en las redes sociales, en las noticias, en nuestro país y en nuestras comunidades? Nos encontramos en un estado de entumecimiento de conciencia, ante la realidad que tenemos de frente.

Los diferentes pueblos ancestrales de todo el mundo lo han tenido siempre claro: no somos entidades separadas, todo está conectado. La vida es interconexión y la ley de causa y efecto, es universal. Cecilia Vicuña, artista visual, poeta, cineasta y activista chilena, lo expresa de una manera más que clara: “En el universo andino, todo es tejer, porque tejer es comprender la interdependencia, es comprender la reciprocidad, la interacción permanente y continua entre todos los fenómenos”. Si todo está tejido, si todo es simbiótico, todo lo que hacemos tiene impacto en el sistema (porque somos un sistema complejo). Como dice un proverbio chino: «El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Esto quiere decir que, pequeñísimas acciones acumulativas y constantes, pueden producir con el tiempo cambios significativos y relativamente impredecibles. Lo estamos viendo con el cambio climático.

Síntomas urgentes de enfermedad

«Los daños que le hemos hecho a la Tierra conducen a un detrimento de nuestra salud y bienestar. Hoy y cada día que se agrava la salud de la Tierra, enfrentamos nuevos desafíos, nuevas enfermedades infecciosas y pandémicas, desnutrición por falta de agua y pérdida de materia orgánica provocada por la deforestación y los incendios forestales. Cada respiro y latido de nuestro corazón tiene relación con la pérdida de la biodiversidad y de los ecosistemas» Dr. Enrique González Sosa: ¿Qué hacer con un planeta enfermo?

El Dr. González también utiliza un símil muy certero al decir que «Como cualquier ser humano nuestro planeta Tierra muestra signos enfermedad. El aumento de la temperatura puede ser un síntoma de fiebre; las fuertes precipitaciones, una respuesta a la hiperhidrosis generada por el aumento de temperatura. La Tierra presenta síntomas en sus sistemas respiratorio y circulatorio, formado por los bosques y los ríos que se encuentran fragilizados, dañados por la deforestación y la contaminación del aire, el agua y el suelo, producto del desarrollo urbano-industrial».

La ONU, en un artículo del 5 de junio de este año, compartió que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que existe un 47% de probabilidades de que la temperatura media mundial en los próximos cinco años (2024 -2028) supere en 1,5 °C la temperatura de la era preindustrial. Esta posibilidad, se incrementa al 80%, cuando hablamos de que la temperatura media anual del planeta supere “temporalmente” los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, durante al menos uno de los próximos cinco años.

¿Qué ocurrió de junio de 2023 a mayo de 2024? La temperatura media mundial fue la más alta registrada con 1,63 °C por encima de la media preindustrial de 1850-1900. ¡Esto es alarmante!

«En el Acuerdo de París, los líderes del mundo se comprometieron a mantener la temperatura media mundial por debajo de los 2 grados centígrados». 2 °C no es el ideal, no es la meta, es el tope físico máximo, es decir, ¡clave roja! «De hecho, la diferencia entre 1,5° y 2° podría determinar la extinción o la supervivencia de algunas comunidades costeras y de pequeños Estados insulares y destruir los medios de subsistencia de 300 millones de personas».

El precio de la avaricia y la inconsciencia de un sistema depredador y colonial, es cada vez más alto y lo está pagando la red de la vida: aproximadamente 390,000 especies de plantas, más de 1.5 millones de especies de hongos, más de 7,7 millones de especies de animales en la tierra y en los océanos, y también la especie humana.

La biodiversidad mundial ha disminuido estrepitosamente en los últimos 50 años. Más de 45,300 especies están peligro de extinción por el cambio climático. «La actividad humana, el consumo de combustibles fósiles, la acidificación de los océanos, la contaminación, la deforestación y las migraciones forzadas amenazan formas de vida de todo tipo. Se estima que un tercio de los corales, de los moluscos de agua dulce, de los tiburones y de las rayas, un cuarto de todos los mamíferos, un quinto de todos los reptiles y un sexto de todas las aves se dirigen a su desaparición». Elizabeth Kolbert, periodista y premio Pulitzer (libro: La sexta extinción)

Explotación y acumulación de riqueza, por encima de la vida

En el último siglo, los cambios en la forma de organizarnos, producir y consumir, han tenido un impacto acumulativo y devastador para el planeta. El modelo económico-político-corporativo imperante, se sostiene en un paradigma de “desarrollo” sustentado en una mentalidad de acumulación de riqueza material, a través de la explotación y reducción de los recursos naturales, los desplazamientos forzados (de especies y comunidades) y la pérdida de la biodiversidad. Es una mentalidad de desarrollo altamente violenta, utilitarista y de otredad, que considera arcaico, subdesarrollado y de alto riesgo todo aquello que implique cuidar, preservar y proteger la red de la vida, y luchar por la justicia climática y ambiental.

De nuevo, todo está conectado y el sistema económico y político que gobierna el mundo, es como la persona que corta la rama del árbol que la mantiene con vida. ¡Es como vivir en la negación de la realidad… un suicidio total!

El modelo de desarrollo extractivo es como el casino: te crea la ilusión de que, al jugar las reglas de su juego, saldrás ganando, pero tus “victorias” no son más que espejismos para atraparte en nuevas dinámicas de apuesta, donde el verdadero triunfador es el casino. ¡El casino nunca pierde! Y aunque llegues a amasar mucho dinero adentro, la lógica del casino está diseñada de tal manera que, siempre “inviertas” en sus juegos, hasta el punto de salir con las manos vacías.

¿Cómo se vincula esto con el tema del artículo? El informe “La trampa de la deuda y los combustibles fósiles” (The Debt Fossil Fuel Trap), hace una interesante exploración de los vínculos entre la deuda de los países del sur global y la producción de combustibles fósiles. Es muy revelador porque muestra cómo “la solución” te entrampa, en cuanto a que «los países dependen de los ingresos de los combustibles fósiles para pagar la deuda y los ingresos anticipados de los combustibles fósiles a menudo están sobrevalorados y requieren enormes inversiones para alcanzar los rendimientos esperados, lo que lleva a más deuda, erosionando las perspectivas de desarrollo a largo plazo y causando daños ambientales y humanos devastadores».

Mientras los gobiernos, corporaciones e instituciones sigan invirtiendo y creando condiciones para la implementación de proyectos de combustibles fósiles y dando prioridad a los modelos de desarrollo extractivos, por encima y a costa de los derechos, la salud, las culturas y el bienestar de todas las personas— principalmente de aquellas que forman parte de las comunidades tradicionalmente excluidas, perseguidas, criminalizadas y desplazadas por el modelo extractivo, como las comunidades afrodescendientes y originarias— de nada servirán los compromisos, tratados, acuerdos y políticas internacionales… de nada servirán, porque su cumplimiento se ralentizará, se tergiversará y se ajustará (tarde o temprano, en mayor o menor medida) a las reglas de quienes están manejando los hilos del mundo.

Este mismo informe (The Debt Fossil Fuel Trap), brinda algunas soluciones dirigidas a los gobiernos e instituciones ricas, para ir desmantelando la deuda (como barrera significativa en la eliminación de los combustibles fósiles) y pasar a la energía limpia. Tres de las soluciones que queremos rescatar, son:

  1. «Las deudas acumuladas por proyectos de combustibles fósiles deben ser reconocidas como ilegítimas, y canceladas».
  2. «Aumentar significativamente el financiamiento climático público basado en subvenciones (nuevas y adicionales), como una forma de reparación por la deuda climática y ecológica que el norte global le debe al sur global».
  3. «La financiación bilateral y multilateral debe alinearse con un escenario de calentamiento de 1,5 grados y cálculos de cuotas justas, y no debe utilizarse para financiar combustibles fósiles. Las instituciones financieras multilaterales e internacionales deben establecer plazos para desviar la financiación de los combustibles fósiles hacia medidas climáticas sostenibles para la adaptación, mitigación y para abordar las pérdidas y daños».

El impacto del aleteo de muchas mariposas

En el sur global, grupos de base, colectivas y organizaciones que luchan por la justicia climática, ambiental y de género, están realizando acciones poderosas y significativas, que no aparecen en los grandes medios de comunicación, pero que sí están transformando vidas. Sus acciones no se basan en “importar” recetas extranjeras, sino en conocer sus realidades y con base a eso desarrollar soluciones verdaderas, que parten de lo comunitario. Te compartimos dos experiencias de grupos copartes de FCAM:

  • Movimiento Político Rebelión Verde de El Salvador (ReverdES). Integrado por mujeres y hombres jóvenes que construyen espacios de lucha y resistencia, y acompañan a comunidades en conflictividad socioambiental, amenazadas de ser despojadas, principalmente por proyectos turísticos y urbanísticos. REVERDES en 2023 lideró y coordinó un proceso consultivo y colaborativo con 95 organizaciones de todo El Salvador, que involucró la participación de más de 500 jóvenes entre feministas, ecologistas, con discapacidad, de la diversidad sexual, del trabajo sexual, indígenas, afrodescendientes, líderes y lideresas comunitarias, con el fin de crear la “Agenda Nacional de Juventudes por la Justicia Climática y Ambiental desde abajo y con la Tierra”. Conoce más de esta acción.
  • Alianza Asociación de Mujeres Feministas Rurales (AMFER). Desde sus inicios, AMFER apuesta por la protección y restauración de los recursos naturales, implementando campañas de reforestación con árboles forestales y frutales en terrenos degradados por la agricultura tradicional y extractivista. Asimismo, realiza campañas de sensibilización sobre el cuido del medio ambiente y acciones de incidencia con el gobierno local para frenar la tala indiscriminada de árboles. Cada año efectúa una mega jornada de limpieza en uno de los principales ríos del municipio que abastece a 5 comunidades. Conoce más de la lucha campesina por la justicia climática.

Necesitamos despertar

Aunque las grandes corporaciones y las naciones más poderosas, son quienes generan el mayor impacto negativo a nivel ambiental y climático, y por lo tanto tienen la mayor responsabilidad y el deber de hacer cambios radicales e inmediatos, e implementar acciones de reparación, tampoco podemos “desconectarnos” de la responsabilidad individual y colectiva de cuidar y salvar nuestro planeta. Los 8.200 millones de seres humanos que habitamos la Tierra también dejamos una huella y generamos un impacto.

¡Necesitamos despertar! Despertar al hecho de que la Tierra está en peligro, de que todos los seres vivos (incluyéndonos) estamos en peligro. Un estudio de la Universidad de Connecticut publicado en la revista Science, expresa que el cambio climático está acelerando una potencial extinción, ya que causará por sí mismo la desaparición de casi el 8% de las especies actuales. En la Lista Roja de Especies Amenazadas, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza puedes conocer con más detalles, las especies amenazadas que han sido registradas.

Con todo esto no queremos paralizarte ni generarte la idea catastrófica de que, si todo está mal, qué impacto pueden tener tus acciones. Todo lo contrario, nuestra intención es recordarte tu potencial transformador. ¿Recuerdas lo de la mariposa y el impacto de su aleteo? Imagina que los 8.200 millones de seres humanos empezáramos a asumir nuestro poder individual y colectivo, cocreador y transformador de la realidad. Imagina asumiendo un rol activo, proactivo y coproductor para cambiar las reglas del juego y generar, como una pequeña mariposa, una onda expansiva transformativa: primero en tu interior, luego en las personas más cercanas y ellas también haciendo lo mismo.

¿Quieres calcular tu huella ecológica?

Medir la huella ecológica que cada una de las personas estamos dejando, nos permite saber el impacto que nuestras acciones cotidianas y estilo de vida tienen sobre el planeta (puedes tomarte el pulso con la Calculadora de Huella Ecológica, que no te tomará ni 10 minutos). Al hacer el test, también obtendrás recomendaciones ajustadas a tus prácticas actuales, para reducir la huella que estás dejando.